Tuvimos un partido fenomenal en Anfield esta tarde. Liverpool y Arsenal nos regalaron uno de los mejores partidos de la temporada. Dos realidades muy diferentes chocaron sobre el césped cuando dos equipos con dinámicas muy diferentes consiguieron sacar adelante el partido que tanto esperaban.
Al menos hasta el minuto 30, la primera parte es el monólogo del Artillero. Los de Mikel Arteta se adelantaron gracias a un soberbio gol de Gabriel Martinelli. Carioca marcó el primer gol en el marcador tras un partido individual en el que asistió a un torpe error de Virgil van Dijk. Gabriel Jesus sentenció el partido con un cabezazo definitivo 15 minutos después tras un centro de su compatriota Martinelli. Una vez más, la defensa del Liverpool fue culpable de falta de dureza.
Justo antes de que el árbitro señalara el final de los primeros 45 minutos, el Liverpool resurgió con un soberbio gol de Mohamed Salah y muchas ocasiones en la red cerca de la bocina. En la segunda mitad, ambos equipos tuvieron ocasiones. Salah falló un penalti mediada la segunda mitad, pero Roberto Firmino remató el partido con un soberbio cabezazo gracias a una buena labor de Trent Alexander-Arnold, que finalmente fue para los locales.